Otros siete días en los que apuramos poco a poco septiembre mientras los recuerdos del verano van quedando atrás y parecen cada vez más lejanos. Vamos haciéndonos a la rutina en el trabajo, en casa y con los quehaceres diarios.
Y así volvemos nosotros, que esta semana acudimos a un nuevo local en el blog. Se trata de Siete Gatos, el que está ubicado en la calle San Antón haciendo esquina con la calle San Marcos. Un sitio con no demasiado tiempo de vida que ocupa un espacio por el que ya han pasado distintos locales desde la mítica cafetería El Caracol.
Siete Gatos se encuentra además situado en una zona que cuenta con una amplia oferta de bares y restaurantes y sólo hay que dar un paseo para comprobarlo. Sirvan así cómo ejemplo Garden Plaza, El Ávila, Taberna Carré, Ra & Go, Britannia, La Fonda, Casa Alfonso, El Sacacorchos, La Patrona, La Taberna Granaina, Los Pensadores, El Rincón del Cofrade, El Trastero o La Pizarra, El Tinglao, La Buganvilla, Varagua, Rincón de Cristobal, Casa Colón o incluso el Rhin Barril.
Es un local amplio que cuenta con dos plantas en las que hay mesas para tapear o probar algunos de los platos y sugerencias de la carta.
El ambiente, con grandes cristaleras es diáfano y la decoración le otorga frescura general y sensación de limpieza. Un establecimiento con una intensa actividad además por la terraza que tiene ubicada en la calle San Marcos. Destacaba además la música de fondo, suave y bastante acertada como acompañamiento, pues era un estilo a M80 radio.
Nosotros nos dispusimos en una de las mesas que situadas en la parte baja, se situaban junto a la barra. En la misma, un mostrador con diversos tipos de tortilla rellena en lo que parecía ser algo característico del bar, pues algunos clientes lo pedían. En nuestro caso, no nos llamaron especialmente la atención.
Eran poco más de las nueve y media de la noche y aunque aún había sitios libres, el local se acabaría por llenar a los pocos minutos.
De hecho nada más sentarnos nos atendió amablemente un camarero que nos preguntó qué íbamos a tomar. Dos cervezas en este caso, una "con" de grifo (servida en una copa llena hasta la mitad) y una "sin" (un quinto de Alhambra). Existe además la posibilidad de pedir cerveza artesanal Sacromonte de grifo, algo que ya vimos en Casa Lopez Correa (lo han trasladado a La Zubia).
Una primera ronda que llega acompañada de una tapa de carne en salsa con patatas. No es tapa a elegir, si bien en caso de necesidad, puede cambiarse por otra sin problema.
Buen sabor de la carne, gracias a la salsa que la bañaba con unas patatas fritas caseras, algo que siempre es de agradecer. Además, esta y las otras tapas que probamos venían servidas en un plato de lata, similares a los que podían usar nuestras abuelas.
Buena impresión en esta primera ronda que nos llevó a repetir, con igual bebida y esperando la segunda tapa. Mientras y cómo ya hemos comentado, el bar se había llenado y no había mesas o hueco libre en la barra. No obstante, el personal que atendía a los clientes era numeroso y no paraba en ningún momento.
Esta segunda ronda llegó con una tapa que a los ojos resultaba bastante apetecible y que igualmente iba servida en un plato de lata. Eran unos rollitos rellenos de carne con verduras y acompañados por remolacha suavemente aliñada.
Una tapa en la que destacaba sobretodo la salsa que la acompañaba, que le daba a la mezcla un gusto picante de lo más interesante. Nos gustó bastante, siendo un ejemplo de la no necesidad de tapas grandes para salir más que satisfechos. Es más, en gran parte de las ocasiones es preferible.
Y en esas estábamos, cuando viendo el buen ritmo y buen sabor de las tapas decidimos pedir una tercera y última ronda. De nuevo las mismas bebidas y a esperar la tapa. Una tapa que a tenor de la verdad tardó bastante en llegar, casi 20 minutos mientras la reclamamos un par de veces.
Y es que ya casi teníamos la mitad de la consumición en la copa cuando nos sirvieron la "tercera" a base de un plato con ensalada de pasta fría con pescado.
Una tapa, quizás la más floja de la noche, en la que no destacaba especialmente ni el pescado (no sabemos si era merluza, cazón...) ni la pasta. Puede que las prisas la hicieran desentonar, pues además esperábamos unos pinchitos que es lo que habíamos visto desfilar en esos momentos.
Llegamos así al momento de pagar antes de abandonar el local, casi dos horas y algo después de habernos sentado. El total fueron 13,50 euros, una cifra que se desglosa en los 2,30 euros que cuesta cada cerveza y los 2,20 euros por cada una de las "sin" alcohol, que eran por otro lado "quintos" (20 cl).
No olvidéis que si queréis estar a la última con opiniones de todos los amigos, recomendaciones, fotos, etc, podéis visitar el grupo en Facebook, así como seguidos en Twitter, Google + y Pinterest o descargar la aplicación oficial para vuestro teléfono Android.
No, si luego dicen gente que viene a Granada, que esta ciudad será la de las tapas, pero que baratas no salen, no es por nada pero en Galicia ponen tapa por todo y una cerveza te cuesta 1.50
ResponderEliminarEl otro día pedimos mi marido y yo la sartén de solomillos y estaba más dura la carne y la salsa no era de pimienta verde sino sólo de nata. Dejaba de desear. La pedimos porque el año pasado la pedimos y estaba riquisima y con más cantidad. Habrá cambiado de cocinero?
ResponderEliminar