Estamos a inicios de un nuevo puente, una fiesta a nivel nacional y tras la misma y sólo dos días después una fecha muy señalada en Granada como es el Día de la Cruz (3 de mayo).
Y mientras el tiempo pasa nosotros seguimos buscando sitios con los que engrosar la lista de bares y restaurantes de Granada en los que tapear y probar los sabores de nuestra gastronomía.
Y en esta ocasión hemos acudido a probar un local del que nos habíais hablado en el grupo de Facebook que lleva poco menos de un mes abierto. Y así hemos acudido a probar el sabor a mar que tienen las tapas de Los Marianos.
Y mientras el tiempo pasa nosotros seguimos buscando sitios con los que engrosar la lista de bares y restaurantes de Granada en los que tapear y probar los sabores de nuestra gastronomía.
Y en esta ocasión hemos acudido a probar un local del que nos habíais hablado en el grupo de Facebook que lleva poco menos de un mes abierto. Y así hemos acudido a probar el sabor a mar que tienen las tapas de Los Marianos.
Un local situado en pleno centro de la ciudad, a los pies de un barrio como es el Realejo, más exactamente en la calle Concepción según se entra por la Plaza Mariana Pineda. Una zona que cuenta con múltiples y muy variadas alternativas como son La Criolla, Sersara, Guejareño Centro, Diagonal Gastrodrink, La Esquinita de Javi, El Postiguet, el restaurante argentino Atahualpa o el restaurante Albahaca y muy cerca de otras opciones como son El Chikito, El Albergue o Casa Salvador, Ávila I, Avila II, San Remo.....
Así que hasta allí que encaminamos nuestros pasos para toparnos con un bar amplio, un local por el que han pasado nombres como el Güejareño, La Marimorena, La Fragua y ahora Los Marianos.
Entramos, martes a eso de las 9 de la noche y estaba vacío, como buena parte de los locales de la zona tras el paso del fin de semana y de una Semana Santa de récord.
Con una barra amplia y una serie de mesas altas, al final hay un salón con mesas en las que tapear o comer a base de raciones y eso preguntamos, si nos podemos sentar, a lo que nos responden que no hay problema.
Un grupo de unas diez mesas, aún vacías, así que éramos los primeros clientes de la tarde. Un local con una decoración muy sencilla. Paredes blancas y madera con clara referencia a la marca de cerveza que ofrecen. Un ambiente fresco y que transmite limpieza que ganaría con algún toque de calidez.
Nos pedimos dos cervezas que cómo se puede advertir por la publicidad que rodea el local, son Alhambra.
Y oímos como piden dos primeras. Ya sabíamos que eran de pescado, una de las notas del local pues de hecho su gerencia hunde sus raíces en otro bar emblemático como es Los Diamantes.
Para esta primera tapa nos sirven un interesante plato de boquerones fritos (ya imagináis que la tapa no es a elegir) pero se puede cambiar sin problema.
Unos boquerones en un punto de fritura perfecto y como se puede ver en las fotos, perfectamente doraditos.
Un gran sabor en una tapa que en algunos sitios pasa como media ración.
Un trato muy cercano hace que cuando llevábamos un rato nos preguntaran si estaba todo bien y si nos habían gustado los boquerones, momento que aprovechamos para pedir una segunda ronda.
De nuevo dos cervezas y mientras esperamos la tapa un grupo de clientes llega y ocupa una de las mesas.
Ya hay más ruido y mientras nuestra segunda tapa, de lo que parecía ser cazón, llega a la mesa. Y como en el caso de los boquerones, muy bien frito.
No soy demasiado fan del pescado, tengo que reconocerlo, pero he de decir que a los sitios de la ciudad que destacan en este sentido se suma un nuevo local y es que le dan un punto muy bueno al pescado.
Otra pareja entra y mientras nosotros echamos un ojo a la carta. Platos, raciones y medias... y entre tanto pedimos otra tercera ronda con dos cervezas.
Esta vez la tapa, de nuevo con sabor a mar, es de langostinos rebozados y como en los dos casos anteriores, perfectos.
Tres tapas de pescado no muy grandes, es algo habitual en este tipo de plato, pero que se vendían solas por el buen aspecto que tenían (nada de la negrura en los fritos de otros bares).
Y mientras, los demás clientes pedían algunas raciones... algo que nos hizo pensar en pedir una media. Desechando el pescado, queríamos probar algo nuevo y así pedimos media de ensaladilla rusa.
Muy amablemente y es que la atención fue sobresaliente, nos arreglan la mesa y nos sirven una fuente con dos saladillas y el plato de ensaladilla que se ve en la foto.
Media ración de buen sabor, con bastantes gambas y a la que sólo fallaba un aspecto. Estaba falta de sal y eso le hacía perder algunos puntos. No obstante estaba muy bien costeada de marisco y eso no suele ser habitual en muchos sitios.
En esas que terminamos y decidimos pedir la cuenta y el camarero muy atento nos obsequia con dos chupitos y dos bombones helados.
Todo un detalle del que podían tomar nota en otros sitios pues eso es ganarse a la clientela.
En total 18,50 euros por las seis consumiciones a dos euros cada una, más seis euros de la media ración y 50 céntimos por el pan.
La experiencia en su conjunto fue bastante buena. Buen sabor del pescado, muy bien frito, un trato muy agradable y un ambiente tranquilo. Seguro que regresamos.
Entramos, martes a eso de las 9 de la noche y estaba vacío, como buena parte de los locales de la zona tras el paso del fin de semana y de una Semana Santa de récord.
Con una barra amplia y una serie de mesas altas, al final hay un salón con mesas en las que tapear o comer a base de raciones y eso preguntamos, si nos podemos sentar, a lo que nos responden que no hay problema.
Un grupo de unas diez mesas, aún vacías, así que éramos los primeros clientes de la tarde. Un local con una decoración muy sencilla. Paredes blancas y madera con clara referencia a la marca de cerveza que ofrecen. Un ambiente fresco y que transmite limpieza que ganaría con algún toque de calidez.
Nos pedimos dos cervezas que cómo se puede advertir por la publicidad que rodea el local, son Alhambra.
Y oímos como piden dos primeras. Ya sabíamos que eran de pescado, una de las notas del local pues de hecho su gerencia hunde sus raíces en otro bar emblemático como es Los Diamantes.
Para esta primera tapa nos sirven un interesante plato de boquerones fritos (ya imagináis que la tapa no es a elegir) pero se puede cambiar sin problema.
Unos boquerones en un punto de fritura perfecto y como se puede ver en las fotos, perfectamente doraditos.
Un gran sabor en una tapa que en algunos sitios pasa como media ración.
Un trato muy cercano hace que cuando llevábamos un rato nos preguntaran si estaba todo bien y si nos habían gustado los boquerones, momento que aprovechamos para pedir una segunda ronda.
De nuevo dos cervezas y mientras esperamos la tapa un grupo de clientes llega y ocupa una de las mesas.
Ya hay más ruido y mientras nuestra segunda tapa, de lo que parecía ser cazón, llega a la mesa. Y como en el caso de los boquerones, muy bien frito.
No soy demasiado fan del pescado, tengo que reconocerlo, pero he de decir que a los sitios de la ciudad que destacan en este sentido se suma un nuevo local y es que le dan un punto muy bueno al pescado.
Otra pareja entra y mientras nosotros echamos un ojo a la carta. Platos, raciones y medias... y entre tanto pedimos otra tercera ronda con dos cervezas.
Esta vez la tapa, de nuevo con sabor a mar, es de langostinos rebozados y como en los dos casos anteriores, perfectos.
Tres tapas de pescado no muy grandes, es algo habitual en este tipo de plato, pero que se vendían solas por el buen aspecto que tenían (nada de la negrura en los fritos de otros bares).
Y mientras, los demás clientes pedían algunas raciones... algo que nos hizo pensar en pedir una media. Desechando el pescado, queríamos probar algo nuevo y así pedimos media de ensaladilla rusa.
Muy amablemente y es que la atención fue sobresaliente, nos arreglan la mesa y nos sirven una fuente con dos saladillas y el plato de ensaladilla que se ve en la foto.
Media ración de buen sabor, con bastantes gambas y a la que sólo fallaba un aspecto. Estaba falta de sal y eso le hacía perder algunos puntos. No obstante estaba muy bien costeada de marisco y eso no suele ser habitual en muchos sitios.
En esas que terminamos y decidimos pedir la cuenta y el camarero muy atento nos obsequia con dos chupitos y dos bombones helados.
Todo un detalle del que podían tomar nota en otros sitios pues eso es ganarse a la clientela.
En total 18,50 euros por las seis consumiciones a dos euros cada una, más seis euros de la media ración y 50 céntimos por el pan.
La experiencia en su conjunto fue bastante buena. Buen sabor del pescado, muy bien frito, un trato muy agradable y un ambiente tranquilo. Seguro que regresamos.
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