Cambiamos de aires y de zona de Granada y acudimos a probar las tapas de uno de los bares que más veces han sido comentados en el grupo de Facebook, sobre todo cuando se hacía referencia al jamón asado.
Y es que si tenemos alternativas muy conocidas como son el Ávila, el Tinglao, Molinero, La Posailla... ahora sumamos un nuevo local como es el Bar Casa Damián.
Se trata de un bar de esos que hemos dado en llamar de los de toda la vida, de barra de metal y clientela habitual que está ubicado en la Avenida de las Fuerzas Armadas, una zona situada junto a las dependencias municipales de Los Mondragones y junto al complejo hospitalario Ruiz de Alda y la antigua Maternidad.
Una zona en la que... bueno, no tenemos referencias de bares por la zona, si bien la cercanía de la Plaza de Toros hace que siempre se pueda buscar alguna alternativa entre los establecimientos (bastantes) de la zona.
Y es que si tenemos alternativas muy conocidas como son el Ávila, el Tinglao, Molinero, La Posailla... ahora sumamos un nuevo local como es el Bar Casa Damián.
Se trata de un bar de esos que hemos dado en llamar de los de toda la vida, de barra de metal y clientela habitual que está ubicado en la Avenida de las Fuerzas Armadas, una zona situada junto a las dependencias municipales de Los Mondragones y junto al complejo hospitalario Ruiz de Alda y la antigua Maternidad.
Una zona en la que... bueno, no tenemos referencias de bares por la zona, si bien la cercanía de la Plaza de Toros hace que siempre se pueda buscar alguna alternativa entre los establecimientos (bastantes) de la zona.
En lo relativo al aspecto, poco se puede decir, ya que la decoración del local es casi nula. Una gran barra alargada ocupa casi todo el local con un pequeño grupo de mesas enfrentadas y un salón en la parte trasera donde comer a base de raciones.
Tras la barra, una actividad frenética con varios camareros y una zona dedicada a los fuegos para preparar el jamón asado que no paraba de salir. Junto a él, una plancha para el resto de las tapas.
El sitio estaba completamente lleno, de forma que con un poco de suerte encontramos acomodo en un hueco de la barra que se había quedado libre junto a los grifos de cerveza.
Habíamos visto que se podía pedir caña, de forma que optamos por dos cañas de grifo de la marca Estrella Damm las cuales llegaron servidas en copa.
Quedamos a la espera de la tapa, que obviamente era de jamón asado, la estrella del bar. Tardaron un poco, mejor dicho, bastante en servirla, si bien una de las camareras, la más activa, se dio cuenta y la reclamó antes que termináramos con la cerveza.
El jamón asado vino servido sobre un panecillo de pequeño tamaño y en un plato desnudo, sobre una servilleta de papel, al estilo de la decoración del bar.
Respecto a la tapa... había oído hablar muy bien del jamón asado de este bar y la verdad... no me pareció el mejor. Aunque estaba bueno, no afirmo lo contrario, el tener tanto tiro, al estar siempre cortando, hacía que para mi gusto no estuviese suficientemente hecho. Cuestión de gustos supongo, pero no daba tiempo a que el fuego le diera ese aspecto más hecho en general que si tiene en otros lugares.
A su vez echamos en falta una presentación algo más cuidada en la que unas simples aceitunas había servido para darle otro color al plato.
Ya hemos dicho que teníamos la cerveza casi terminada cuando sirvieron la tapa, por lo que entre eso y que el panecillo con jamón asado no era muy grande, provocó que no pidiésemos otra ronda casi seguida.
Dos nuevas cañas y en esta ocasión la camarera nos preguntó que queríamos de tapa. Jamón con huevos, lomo a la plancha... y no quedamos con este último.
Dos nuevas cañas que esta vez si llegaron a la par de la tapa. Y muy similar a la anterior, pues se trataba de dos filetes de lomo a la plancha sobre el mismo tipo de panecillo con algo de tomate en la base y todo sobre una servilleta. Igualmente echamos en falta algo para acompañar (aunque fuesen las mencionadas aceitunas).
No tardamos mucho en terminar y llegamos a pensar en pedir alguna ración pero para eso había que entrar al salón ya que en la barra no resultaba cómodo. La presencia de gente esperando acomodo en las mesas no obstante nos hizo desistir por lo que al final terminamos pidiendo la cuenta.
El precio total de las cuatro cañas fue de 6,80 euros, un precio ajustado pero acorde con el tamaño de bebida (era pequeña) y tapa. En caso de pedir tubo el precio subía hasta 1,90 euros, al menos en la barra, ya que en el exterior tenían una pequeña terraza en la cual desconocemos cuales serán los precios fijados.
Tras la barra, una actividad frenética con varios camareros y una zona dedicada a los fuegos para preparar el jamón asado que no paraba de salir. Junto a él, una plancha para el resto de las tapas.
El sitio estaba completamente lleno, de forma que con un poco de suerte encontramos acomodo en un hueco de la barra que se había quedado libre junto a los grifos de cerveza.
Habíamos visto que se podía pedir caña, de forma que optamos por dos cañas de grifo de la marca Estrella Damm las cuales llegaron servidas en copa.
Quedamos a la espera de la tapa, que obviamente era de jamón asado, la estrella del bar. Tardaron un poco, mejor dicho, bastante en servirla, si bien una de las camareras, la más activa, se dio cuenta y la reclamó antes que termináramos con la cerveza.
El jamón asado vino servido sobre un panecillo de pequeño tamaño y en un plato desnudo, sobre una servilleta de papel, al estilo de la decoración del bar.
Respecto a la tapa... había oído hablar muy bien del jamón asado de este bar y la verdad... no me pareció el mejor. Aunque estaba bueno, no afirmo lo contrario, el tener tanto tiro, al estar siempre cortando, hacía que para mi gusto no estuviese suficientemente hecho. Cuestión de gustos supongo, pero no daba tiempo a que el fuego le diera ese aspecto más hecho en general que si tiene en otros lugares.
A su vez echamos en falta una presentación algo más cuidada en la que unas simples aceitunas había servido para darle otro color al plato.
Ya hemos dicho que teníamos la cerveza casi terminada cuando sirvieron la tapa, por lo que entre eso y que el panecillo con jamón asado no era muy grande, provocó que no pidiésemos otra ronda casi seguida.
Dos nuevas cañas y en esta ocasión la camarera nos preguntó que queríamos de tapa. Jamón con huevos, lomo a la plancha... y no quedamos con este último.
Dos nuevas cañas que esta vez si llegaron a la par de la tapa. Y muy similar a la anterior, pues se trataba de dos filetes de lomo a la plancha sobre el mismo tipo de panecillo con algo de tomate en la base y todo sobre una servilleta. Igualmente echamos en falta algo para acompañar (aunque fuesen las mencionadas aceitunas).
No tardamos mucho en terminar y llegamos a pensar en pedir alguna ración pero para eso había que entrar al salón ya que en la barra no resultaba cómodo. La presencia de gente esperando acomodo en las mesas no obstante nos hizo desistir por lo que al final terminamos pidiendo la cuenta.
El precio total de las cuatro cañas fue de 6,80 euros, un precio ajustado pero acorde con el tamaño de bebida (era pequeña) y tapa. En caso de pedir tubo el precio subía hasta 1,90 euros, al menos en la barra, ya que en el exterior tenían una pequeña terraza en la cual desconocemos cuales serán los precios fijados.
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Tela marinera con las exigencias. El tapeo granadino de toda la vida es así, SENCILLO Y RESULTÓN, no sé a qué viene el ponerse tan tiquismiquis.
ResponderEliminarEl tapeo granaino también puede evolucionar, como lo está haciendo y quedarse estancado es sinónimo de hundimiento. Hay que ser tiquismiquis para mejorar cada dia.
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