Esta semana nos mandaron distintos mensajes por Facebook Messenger para poder conocer algunos lugares donde probar tapas vegetarianas. y sí, es cierto que los sitios donde ofrezcan este tipo de tapas no son demasiado comunes, pero haberlos “hailos” como las “meigas”.
Sí que pusimos en acción una crónica vegetariana y así casi sin quererlo nos acordamos del bar Casa Lopez Correa, donde entre las tapas tienen casi la mitad de tipo vegetariano. Y es que para bares así tenemos además opciones como El Ojú, Dr.Jazz Funk, El Tablon Verde...
Pero seguimos con nuestra crónica y acudimos al bar Casa Lopez Correa por otro motivo más y es que frente al fútbol del miércoles encontrar un local con tranquilidad y sin una televisión con gente dando gritos es de agradecer. Un local situado en la calle Molinos, una zona que cuenta con una amplia oferta gastronómica en forma de bares y restaurantes como pueden ser Papupa, Picoteca 3Maneras, Terra Bar, Sol, Los Altramuces, Rossini, Jaraiz, Potemkin, Santo Domingo, La Borraja o La Brujidera
Al entrar lo primero que llama la atención es la decoración, el aspecto, la calidez del local. Una gran barra a la izquierda es la continuación de una pequeña sala e estar con sillones bajos y unas mesas para tomar algunas cervezas si encarta algún café mientras vemos la gente pasar por la calle.
En la derecha un grupo de seis mesas en las que probar alguno de los platos que ofrecen en la carta, la cual intentamos buscar para mostrar las opciones para pedir pero… estaban todas “ocupadas”.
Además del bar llama la atención que buena parte de sus clientes son extranjeros, fruto de su ubicación en un barrio multicultural como es el Realejo y donde conviven los granadinos de toda la vida nacidos en el barrio (conocidos como “greñudos” en referencia al origen judío del barrio), nuevos adoptados, estudiantes y muchos extranjeros.
Nosotros nos hicimos un hueco en una zona de la barra cerca de los grifos de cerveza mientras tres de las mesas estaban ya ocupadas. algo que hizo que tardásemos un poco en pedir.
Al hacerlo optamos por dos cervezas, dos cañas para ser exactos (no hay demasiada diferencia entre caña y la copa más grande) pudiendo elegir entre San Miguel, que es la que tienen de grifo o la cerveza artesanal Sacromonte.
Las tapas son a elegir de una variedad que podéis ver sobre estas líneas optando para las dos primeras por lasaña de carne y chilli vegetal.
Son servidas de forma independiente en dos cazuelitas de barro, una buena forma para poder probar distintos sabores. La lasaña tenía un gran sabor, suave, cremosa y con una textura que hacía que se fundiese en la boca… de las mejores que probamos.
El chilli vegetal venía igualmente en una cazuelita de barro y estaba acompañado por unos nachos que además tenían la función de aminorar el sabor picante y es que… picaba lo suyo. Muy buen sabor de una mezcla que contenía zanahoria, tomate, cebolla, calabacín y cómo no, alubias rojas en una especie de guiso con muy buen sabor.
Las mesas que había, una de ellas con extranjeros no paraban de pedir. Y es que para el que vaya llama la atención esa multiculturalidad que hace que puedas oír al camarero hablar inglés o francés con los clientes mientras a tu lado tienes a un alemán tomando una pinta junto a dos granadinos como nosotros. Una pinta de cerveza Sacromonte que por cierto tenía un aspecto imponente.
Algunos comensales también pidieron sangría y aquí puntualizar que nos pareció algo caro el precio, pues aunque la prepararon con esmero y llevaba cointreau y otro licor más junto a los ingredientes por todos conocidos, cinco euros y englobarla en el grupo de mojitos, caipirinhas… no nos parece lo más correcto. Pero es sólo una observación.
Dado el sabor picante de una de las tapas no tardamos en volver a pedir otra ronda, de nuevo con dos cañas y esta vez apostando todo a lo vegetariano. Así pedimos curry de verduras y lasaña, pero esta vez vegetal.
Dos tapas, que cómo en el caso anterior venían servidas de forma independiente en cazuelas de barro. Respecto a la lasaña vegetal, más suave que la anterior debido sobre todo a la ausencia de la carne y una mayor presencia de hortalizas. Un sabor además muy agradable y un tamaño para una persona bastante apropiado.
En el caso del curry de verduras y una vez recuperado mi paladar del chilli, tenía muy buen sabor. El calabacín, zanahoria, berenjena, pimiento, tomate… todo muy bien aderezado con curry sobre una base de arroz cocido que al mezclar le daba un sabor realmente bueno. Muy buena tapa…
A la hora de pagar tuvimos que abonar un total de 1,80 euros por cada una de las cervezas lo que hacía un total de 7,20 euros. Un buen precio para una estancia más que agradable de un bar que pasa por ser uno de los más interesantes de la zona.
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Y llegados a este punto, estas serían las conclusiones.
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