Esta vez llegamos apurando la hora de la tapa del viernes, lo sabemos, pero hemos llegado que es lo que importa. Y lo hacemos con otro nuevo local revisando bares que aparecieron hace años (este hace más de cinco años) en el blog y que por medias han cambiado de estilo o de gerencia.
Así que con el fin de ofrecer una guía útil seguimos actualizando locales como en este caso hacemos con la Taberna Granados, a la que popularmente se la conocía como "los bichos". Un local situado en la Carrera de la Virgen que a modo de bodega contaba con decenas de años a sus espaldas y que hace algo menos de 10 años vio como se ponía al día su imagen.
Y en este tiempo, con dos direcciones a su cargo, llega el momento de ponerla al día y a probar sus tapas que fuimos dando un buen paseo. Un local con un horario un tanto particular si bien teníamos claro que de estar cerrado teníamos bastantes alternativas cerca como por ejemplo Los Marianos, La Criolla, Sersara, Guejareño Centro, Diagonal Gastrodrink, La Esquinita de Javi, El Postiguet, el restaurante argentino Atahualpa , el Chikito, El Albergue o Casa Salvador, Ávila I, Avila II, San Remo.
Y en este tiempo, con dos direcciones a su cargo, llega el momento de ponerla al día y a probar sus tapas que fuimos dando un buen paseo. Un local con un horario un tanto particular si bien teníamos claro que de estar cerrado teníamos bastantes alternativas cerca como por ejemplo Los Marianos, La Criolla, Sersara, Guejareño Centro, Diagonal Gastrodrink, La Esquinita de Javi, El Postiguet, el restaurante argentino Atahualpa , el Chikito, El Albergue o Casa Salvador, Ávila I, Avila II, San Remo.
De entrada adelantar que fuimos por la noche, con más sed que hambre y cómo habíamos visto al pasar otras veces que las tapas no eran muy grandes nos vino que ni pintado. Por lo tanto, al que vaya buscando comer a base de tapas... no es su sitio.
Se trata de un local con una decoración cuidada y coqueta con una barra en forma de "L" y un grupo de mesas a modo de terraza en la calle peatonal que da a la misma Carrera de la Virgen.
Una decoración clásica, que recuerda a una taberna antigua con el uso de madera y azulejos que parecen sacados de un patio de casa de pueblo. Las lámparas, algunas hechas con botellas, contribuyen a dar ese toque.
La terraza estaba llena por lo que no hacemos con un hueco en la barra aunque a decir verdad, en ese momento la teníamos para nosotros solos.
Nos pedimos de entrada dos cervezas que eran Alhambra de grifo. Dos cañas muy bien servidas con su espuma y su crema pero que... no sabemos si por ser un grifo de los antiguos, no estaban tan frías cómo deberían, sobre todo ahora que llegan los calores. Eso hizo que no durasen mucho en el vaso... una pena porque estaban muy bien tiradas.
Pero dejando a un lado la temperatura, casi de forma paralela nos sirven la primera tapa, las cuales no son a elegir. Una primera tapa que como veis estaba compuesta de dos rebanadas de pan, de "salailla" para ser correctos, con un poco de salmorejo y acompañadas de dos lonchas de jamón y unas aceitunas.
Una mezcla siempre acertada de sabores; lo salado de la salailla y el jamón con el salmorejo siempre cuadra. Una tapa más que correcta.
Mientras en la pared, algunas pizarras con sugerencias, ya sea en forma de platos y raciones o en forma de vinos.
Poco a poco en la barra se acumulaba gente, a la vez que nosotros pedimos dos nuevas cañas. Dos cervezas que sirvieron al grito de dos segundas.
Y en esta ocasión la misma base. Una rebanada de pan pero ahora con lomo de caña cubierto con un trocito de queso brie.
Una tapa que aunque es parecida, mejoraba en sabor a la primera sobre todo por la cremosidad del queso y por haber pasado previamente el pan por la salamandra para dale un toque crujiente. Ah, y todo el conjunto aderezado con orégano.
En ese momento el local estaba casi lleno y aprovechamos para hacer fotos de la carta (aunque fuese de mala manera debido a lo apretado del lugar).
Y dado que la temperatura reinante era estupenda (las puertas estaban abiertas y parecía que estábamos en la calle) decidimos volver a pedir dos nuevas cañas.
De nuevo con abundante espuma y esperando una tercera tapa que consistía en dos rebanadas de pan con melva y pimientos. Una tapa que antes que la sirvieran pedimos si nos la podían sustituir por cualquier otra, algo que hicieron aunque les costó decidir por cual.
Al final nos sirvieron dos rebanadas de pan pero en esta ocasión con lo que parecía ser una especie de jamón asado o cocido con un toque de aceite.
Una tapa similar a las anteriores, con la misma base y acompañada por aceitunas que, hay que decirlo, tenían un excelente aliño.
Y una vez dada buena cuenta de la ronda (la verdad, como la cerveza no estaba muy fría, no tardamos demasiado), llegó el momento de pagar. Un total de 12 euros por las seis cañas lo que nos da una cifra de 2 euros por cada una.
Se trata de un local con una decoración cuidada y coqueta con una barra en forma de "L" y un grupo de mesas a modo de terraza en la calle peatonal que da a la misma Carrera de la Virgen.
Una decoración clásica, que recuerda a una taberna antigua con el uso de madera y azulejos que parecen sacados de un patio de casa de pueblo. Las lámparas, algunas hechas con botellas, contribuyen a dar ese toque.
La terraza estaba llena por lo que no hacemos con un hueco en la barra aunque a decir verdad, en ese momento la teníamos para nosotros solos.
Nos pedimos de entrada dos cervezas que eran Alhambra de grifo. Dos cañas muy bien servidas con su espuma y su crema pero que... no sabemos si por ser un grifo de los antiguos, no estaban tan frías cómo deberían, sobre todo ahora que llegan los calores. Eso hizo que no durasen mucho en el vaso... una pena porque estaban muy bien tiradas.
Pero dejando a un lado la temperatura, casi de forma paralela nos sirven la primera tapa, las cuales no son a elegir. Una primera tapa que como veis estaba compuesta de dos rebanadas de pan, de "salailla" para ser correctos, con un poco de salmorejo y acompañadas de dos lonchas de jamón y unas aceitunas.
Una mezcla siempre acertada de sabores; lo salado de la salailla y el jamón con el salmorejo siempre cuadra. Una tapa más que correcta.
Mientras en la pared, algunas pizarras con sugerencias, ya sea en forma de platos y raciones o en forma de vinos.
Poco a poco en la barra se acumulaba gente, a la vez que nosotros pedimos dos nuevas cañas. Dos cervezas que sirvieron al grito de dos segundas.
Y en esta ocasión la misma base. Una rebanada de pan pero ahora con lomo de caña cubierto con un trocito de queso brie.
Una tapa que aunque es parecida, mejoraba en sabor a la primera sobre todo por la cremosidad del queso y por haber pasado previamente el pan por la salamandra para dale un toque crujiente. Ah, y todo el conjunto aderezado con orégano.
En ese momento el local estaba casi lleno y aprovechamos para hacer fotos de la carta (aunque fuese de mala manera debido a lo apretado del lugar).
Y dado que la temperatura reinante era estupenda (las puertas estaban abiertas y parecía que estábamos en la calle) decidimos volver a pedir dos nuevas cañas.
De nuevo con abundante espuma y esperando una tercera tapa que consistía en dos rebanadas de pan con melva y pimientos. Una tapa que antes que la sirvieran pedimos si nos la podían sustituir por cualquier otra, algo que hicieron aunque les costó decidir por cual.
Al final nos sirvieron dos rebanadas de pan pero en esta ocasión con lo que parecía ser una especie de jamón asado o cocido con un toque de aceite.
Una tapa similar a las anteriores, con la misma base y acompañada por aceitunas que, hay que decirlo, tenían un excelente aliño.
Y una vez dada buena cuenta de la ronda (la verdad, como la cerveza no estaba muy fría, no tardamos demasiado), llegó el momento de pagar. Un total de 12 euros por las seis cañas lo que nos da una cifra de 2 euros por cada una.
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Y llegados a este punto, estas serían las conclusiones.
Hoy hemos estado. Las tapas nos han parecido muy pequeñas, aunque de precio está bien.
ResponderEliminarPues a nosotros nos ha encantado. CALIDAD precio muy bueno y el trato excelente.
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