Estos pueden ser los últimos coletazos del invierno al que estamos asistiendo. Unas temperaturas que invitan a seguir disfrutando de las terrazas al mediodía hasta que llegue le calor. Y eso es lo que hemos hecho en esta última crónica.
Una crónica para la cual hemos acudido a la terraza de todo un clásico como es el bar Los Altramuces, otro que no aparecía por el blog desde hace un buen tiempo. Un local situado en pleno corazón del Realejo, en el icónico Campo del Principe y rodeado de otras alternativas para tapear y comer como son Terra Bar, Papaupa, Picoteca 3Maneras, La Taberna de Kafka, Rossini, Jaraiz, Potemkin, Santo Domingo, La Borraja o La Brujidera.
En nuestro caso nos sentamos en una de las mesas libres en el interior esperando que quedara una libre en terraza. Así que nos sentamos viendo como tras unos minutos ya había gente haciendo cola esperando mesa libre.
El interior del local, para el que no lo conozca, ofrece una amplia barra con una serie de mesas a la izquierda que llegan hasta un pequeño espacio a modo de salón al final. Un bar con una decoración clásica, del bar de barrio, de ese que muchos tenemos en la mente y en el cual la actividad suele ser frenética.
Nos atienden nada más sentarnos y pedimos dos cervezas, que nos sirven casi de forma instantánea en copa grande. Dos cervezas de grifo, Cruzcampo Glacial que dada la caminata que llevábamos bajando desde el Llano de la Perdíz nos saben a gloria.
Dos "birras" bien frías con una tapa variada sello de la casa en la que en un mismo plato encontramos embutidos (salchichón y chorizo), pescado frito, ensaladilla rusa y todo acompañado por unas aceitunas.
Colorida y apetecible, resulta una tapa atractiva pues es difícil que no nos guste algunas de las opciones que aparecen en el plato. Buena tapa para iniciar la ronda.
Además, teníamos pensado pedir alguna ración, por lo que las tapas no eran una prioridad.
Dado el nivel de sed que teníamos, la primera cerveza no tardó mucho en caer y en ese momento pasamos a ocupar la terraza, pues se había quedado una mesa libre.
Para la segunda ronda optamos por pedir sangría, la cual para nosotros pasa por ser la mejor que hemos probado en la ciudad (y conocemos unas cuantas).
Una sangría bien fresquita antes que acabe la temporada y cuyo secreto está en el vino usado. Dos sangrías que vinieron acompañadas por una tapa de fideua, la segunda tapa dentro de las que iban saliendo.
Suave, a base de gambas, la fideua es un plato que se elabora de forma parecida a la paella y en la que se puede elegir por hacerla de carne, pescado o verduras si bien, a diferencia con la paella se sustituye el arroz por fideos.
No obstante y debido a que es una tapa ligera, pedimos después media ración de boquerones. Y aunque olvidamos tirar una foto a la carta, del resto de opciones para pedir, a bote pronto recuerdo caracoles (uno de los platos estrella para los que gusten de ellos), calamares, carne en salsa...
La media tardó algo más de la cuenta en llegar y al hacerlo el camarero amablemente pidió disculpas por la tardanza. Uno boquerones bien fritos, en su punto, que quizás pecaban de estar algo faltos de sal, si bien eso no es problema alguno.
Una media de la que dimos buena cuenta antes de pagar, cuando a las tres ye media de la tarde ya pasadas, la gente hacía cola para ocupar alguna de las mesas que quedaban libres, cómo sería la nuestra.
El total de la factura, 15,40 euros de los cuales la media tenía un precio de 6,20 euros mientras cada una de las consumiciones tenían un coste e 2,30 euros (sangría y cerveza de grifo). Un clásico de la ciudad al que siempre volvemos, sobre todo por su sangría.
Además, os dejamos con otras tapas que probamos en otra ocasión que estuvimos antes de la crónica y así completamos la información.
Esta primera era un excelente guiso de alcachofas con jamón.
Esta otra tapa es una de las clásicas. Croquetas, saladillas de atún con tomate y unas almendras.
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La primera tapa me ha dejado impresionada. ¡Me apunto el sitio!
ResponderEliminarMuy recomendable Gabriela... ya diras si vas y nos cuentas...
ResponderEliminarEl sitio está genial, aparte de las tapas que ponen con la caña, las raciones son enormes y riquíiiissssimas...las berenjenas con miel una pasada, en fin un sitio para recomendar. El servicio muy agradable,¡¡aaahhh!! he de decir que se nos olvidó el móvil en una mesa de la terraza y cuando volvimos nos lo habían guardado osea que un bravo por el camarero por ser tan buena gente.
ResponderEliminarSi te ha dejado impresionada esa cutrez de tapa es que eres muy fácil de contentar. Yo estoy en estos momentos y, aparte de haber puesto el fútbol a toda pastilla y de haberse llenado de niños berreando, nos han puesto unas minibocadillos muy cutres de atún con tomate, 2 minisanjacobos congelados y patatas de bolsa que ni siquiera sabemos qué tipo de aceite han usado para hacerlas (girasol, palma, soja, coco o colza). Un espanto de sitio con posters taurinos y foto de cristo incluída. Parece un bar para guiris.
ResponderEliminarYo he estado este fin de semana siguiendo la recomendación del blog y también me he llevado un chasco. Mini bocadillos salados con embutido y refritos tipo croquetas congeladas y san jacobos. Las segundas y terceras tapas constaban de algo similar. El partido estaba a todo volumen y no nos dejaba ni hablar.
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