Regresamos tras la pausa veraniega y estrenamos crónicas probando los sabores de Jamar Gastrobar

Nueva temporada y de nuevo estamos aquí con todos vosotros tras la pausa de verano. Con buena parte de los bares de la ciudad cerrados por vacaciones, hemos tenido que esperar hasta casi septiembre para retomar la actividad.

Y para esta primera crónica del curso gastronómico hemos optado por probar un local, un gastrobar para ser exactos, del cual habíamos recibido buenas impresiones por parte de algunos conocidos. Se llama Jamar Gastrobar y se encuentra en los bajos del Hotel Occidental.

El hotel y el bar se encuentran situados en la calle Alhamar, una zona repleta de propuestas. Basta citar cómo ejemplo  Los Pensadores, El Tinglao, Garden Plaza, La Fonda,, La Patrona, La Taberna Granaina, Sybarita, Taberna Sacacorchos, El Trastero, La Pizarra, Britannia o Ra & Go.

El local es amplio y luminoso. Una decoración minimalista y escasa pero a la vez cuidada. Un salón amplio con mesas altas y bajas donde sentarse. La barra, amplia, en forma de "L", posee algunos taburetes en los que acomodarse.

En el exterior una terraza con cuatro mesas, todas ocupadas, por lo que optamos por snetarnos en el interior. Acompañamos a los clientes de otra mesa, los únicos presentes en aquel momento en el bar.

Nos atendieron rápidamente y pedimos dos cervezas, una sin alcohol y otra cerveza "con". Las tapas no eran a elegir y nos quedamos esperando.... y esperando.

La tapa tardó en llegar un cuarto de hora. Sólo un camarero para todo el establecimiento, pero por otro lado tampoco había demasiados clientes. En ese momento tres mesas fuera y cuatro clientes dentro.

Cuando estábamos a punto de reclamarla, nos sirvieron la tapa. Dos vasitos de ensalada que al menos llevaba jamón york y recortes de lo que parecía ser surimi aderezado con piña y salsa rosa coronada con dos crujientes de pan. 



Para haber tardado tanto, esperábamos algo más elaborado. Por otro lado el sabor no nos terminó de convencer.

Podía tratarse de un mal momento, por lo que casi de inmediato volvimos a pedir otra cerveza. De nuevo una con y una sin alcohol, esta en tercio y Cruzcampo.

Llegaron cuatro clientes más a la par que en la terraza se iban dos de las tres mesas. Nos quedamos esperando la tapa, lo mismo que los otros clientes, pero si en la primera habían tardado un cuarto de hora, esta vez el el tiempo llegó a los 29 minutos.

Un minuto antes de llegar a la media hora, comprobado con el reloj. Media hora esperando una tapa. Estuvimos a punto de reclamarla tras la larga espera y con la cerveza ya casi agotada. No es de recibo esperar tanto, sobre todo cuando la actividad en el local era mínima.

Dejando a un lado la lentitud del servicio, esta tapa sí que estaba algo más trabajada, sin llegar a lo que es de esperar para un bar que lleva la etiqueta "gastro". Una tapa que hemos probado en otros bares sin esa etiqueta.

Dos tostas (era una especie de base a modo de masa de empanada) con calabaza y carne picada. Un guiso con calabaza, muy fácil de hacer que podemos preparar en casa en unos minutos. 





Buen sabor en conjunto para esta segunda propuesta si bien la tapa en sí no era lo que podíamos esperar, sobre todo si tenemos en cuenta las impresiones que nos habían dado y que nos habían hecho visitar el local.

Decidimos pagar en ese momento. El total 9,40 euros. Cada cerveza con alcohol, de 33 cl a 2,20 euros, mientras que la sin alcohol, de 33 cl también, a 2,50 euros.

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Y llegados a este punto, estas serían las conclusiones.

Lugar tranquilo  y amplio, ideal para reuniones

Aire acondicionado

Tardanza más que excesiva en el servicio

Esperábamos tapas más elaboradas