Nos acercamos a probar las tapas de Como en Casa, el bar que ocupa el hueco del antiguo Sinnil

Esta semana regresamos con un local que hemos visto en Facebook y que hemos tenido la curiosidad por probar. Un establecimiento que ocupa el lugar en el que antes había estado el Sinnil y que tan grato sabor de boca nos había dejado. Ahora se llama "Como en Casa" y presume de comidas caseras. ¿Será verdad? Pues vamos a probarlo.



Situado en la calle Palencia, casi llegando a la altura del Paseo de Europa, se encuentra en una zona donde las alternativas para tapear son numerosas u muy buenas. Una gran competencia entre la que destacan el Romero, El Lechero, Las Delicias, Gran Kiki Tapas, La Recacha o Doña Rosquita.



Al llegar nos encontramos con algunas mesas en la terraza ocupadas, por lo que decidimos pasar al interior. Si habíais leído el artículo sobre el Sinnil o bien lo habíais visitado podéis ver que el interior permanece inalterado. Con un aspecto algo frío en el que una gran barra ocupa casi toda la extensión a lo largo, hay una mesa alta dispuesta enfrente y un pequeño grupo de mesas tradicionales al final. Y todavía más allá, una barra en la pared con algunos taburetes junto a unas ventanas.





En el interior sólo nosotros cómo clientes, por lo que la camarera no tarda en atendernos. Una ronda esta primera que llega con dos cervezas de grifo (Alhambra) y dos tapas que no son a elegir. Es sábado y hay muchas posibilidades que sean migas o arroz.

Y acertamos. Una primera tapa de migas de harina para acompañar la cerveza, la cual ofrecía un tamaño generoso. Unas migas con algunos boquerones y dos mini torreznos y dos trozos de pimiento. 



Unas migas que estaban algo saladas y sobre todo a nuestro parecer presentaban un acompañamiento algo pobre, máxime cuando en otros bares cercanos se sirven unas migas, de pan, muy sugerentes.





La terraza se había llenando, por lo que algunos clientes pasaban al interior y pese al espacio disponible, todos se concentraron a nuestro alrededor. Apretados, bien pegados, parece que no querían que pasáramos frío. Y todo al ritmo de la música de la MTV en un televisor a un volumen considerable que no ayudaba a crear ambiente.

Y dado que no queríamos más cerveza, optamos por pedir un vino. Para copear preguntamos que tenían. Ribera o Rioja fue la respuesta (alguna marca en la mención no habría estado de más).

Pedimos dos copas de Ribera del Duero mientras ojeábamos la carta de platos y raciones en la que también había un espacio para los bocadillos. Quedamos a la espera de ver la segunda tapa para decidirnos si pedir algo.



No tardaron en llegar los vinos, en esta ocasión con la segunda tapa. Una "mini" brocheta de longaniza con pimiento y acompañada de unas patatas fritas.



Una tapa que habría tenido un mejor aspecto de haber colocado un trocito de cebolla o de pimiento más o incluso con haber sustituido las patatas chips por otro acompañamiento (fritas normales o un poco de pisto). Lo cierto es que lo de menos era el tamaño, pero no acompañaba la tapa con la denominación de comida casera.





No tardamos en dar buena cuenta de la tapa y del vino y en lugar de probar alguno de las raciones de la carta (no nos habían seducido las tapas) decidimos abonar la cuenta y abandonar el local. En total 9 euros por las cuatro consumiciones, a 2 euros cada cerveza y 2,50 euros cada vino (desconocemos la marca que nos sirvieron).



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Y llegados a este punto, estas serían las conclusiones.

Rapidez en el servicio

No encontramos el sabor casero en las tapas que nos sirvieron