Queda inaugurada la temporada de invierno o casi. Eso es lo que podemos pensar con estos fríos que comienzan a visitarnos y que hacen que esta sea quizás, la última terraza que pisamos este año.
Si ya habíamos probado sitios como al Rhin Barril, Bar Ríos, Graná al Dente, A kal Maño, La Bóveda, Restobar Mandala o un poco más lejos, el muy recomendable bar Molinero o la Almudena, si bien hoy os vamos a presentar que tal fue nuestra visita al Museo de la Tapa.
Hemos
ido a la zona del palacio de deportes que es como se la conoce
popularmente, más exactamente a la calle Torre de Peralada, que es una
paralela a la avenida principal llamada Torre de la Justicia. Se trata
de una amplia calle peatonal, por lo que en verano se puede disfrutar de
una terraza tranquila y los niños pueden jugar a gusto.
Se trata de un bar con una decoración escasa, simulando una antigua taberna, pero quizás algo fría al contar con las paredes en color blanco. Una barra a nuestra izquierda y un grupo de mesas donde comer o tapear nos dan la bienvenida al entrar si bien nosotros optamos por hacer uso de la terraza.
En el momento de nuestra llegada todas las mesas estaban ocupadas salvo una y esa que decidimos ocupar. Motivo por el que no contamos con fotos del interior.
Nos sentamos en la terraza y no tardan en atendernos pese a que sólo una persona se encarga de cubrir las mesas. Para la primera ronda pedimos cuatro cervezas.
Mientras tiramos de imágenes de archivo, de las que tenemos en los discos duros en nuestra dilatada experiencia para así poder enseñar como es la decoración y el ambiente que encontramos en caso de no poder acomodarnos en la terraza, un ambiente que permanece inalterado en los últimos tiempos, con mesas en las que tapear o comer a base de raciones y una generosa barra.
Se trata de un bar con una decoración escasa, simulando una antigua taberna, pero quizás algo fría al contar con las paredes en color blanco. Una barra a nuestra izquierda y un grupo de mesas donde comer o tapear nos dan la bienvenida al entrar si bien nosotros optamos por hacer uso de la terraza.
En el momento de nuestra llegada todas las mesas estaban ocupadas salvo una y esa que decidimos ocupar. Motivo por el que no contamos con fotos del interior.
Nos sentamos en la terraza y no tardan en atendernos pese a que sólo una persona se encarga de cubrir las mesas. Para la primera ronda pedimos cuatro cervezas.
Mientras tiramos de imágenes de archivo, de las que tenemos en los discos duros en nuestra dilatada experiencia para así poder enseñar como es la decoración y el ambiente que encontramos en caso de no poder acomodarnos en la terraza, un ambiente que permanece inalterado en los últimos tiempos, con mesas en las que tapear o comer a base de raciones y una generosa barra.
A la vez que nos trajo las cuatro cervezas, A la vez nos dejó la carta para que eligiésemos la tapa. Sí, en esta ocasión las tapas son a elegir y para que tengáis una idea de la variedad que podemos encontrar, sobre estas líneas enéis una foto con algunas de las tapas disponibles.
Para acompañar estas cuatro cervezas pedimos tres montaditos de lomo, cebolla caramelizada y queso y una brocheta.
En el caso de los montaditos, el sabor era muy bueno y el tamaño bastante adecuado. La brocheta, de un tamaño más reducido, iba acompañada de un tomate cherry y presentaba un muy agradable sabor a brasa.
Nosotros nos dispusimos a pedir una segunda ronda mientras la terraza era un continuo ir y venir de gente. Todas las mesas contaban con clientes y había gente esperando para poder sentarse.
Pedimos una segunda ronda formada de nuevo esta vez por dos cervezas sin alcohol y dos cervezas de grifo. Mientras nos atendían y con el fin de ganar tiempo leímos la carta para decidir la tapa.
En esta ocasión pedimos tres bombas y de nuevo una repetición, pues el sabor de la brocheta de pollo me había dejado un gran sabor de boca.
Las bombas no estaban mal, pero habían ofrecido un mejor sabor los montaditos de la primera ronda. Además, quizás estaban algo faltas de sal.
A la hora de pagar la chica que nos atendió no tardó en traer la cuenta y así hacer sitio a la gente que había esperando. Cada consumición 2,20 euros hizo que todo tuviese un coste 17,60 euros. Un precio más que adecuado par un lugar de tapeo tradicional con una buena terraza.
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El poder tapear en una terraza sin prisas y en buen ambiente
Poder elegir la tapa
Las bravas no es la tapa más lograda
La decoración interior es algo fría y escasa
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